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05 de març 2008

Maestras

Hacía tiempo que tenía ganas de dedicar un escrito a dos personas muy especiales para mí. En todos los procesos de aprendizaje, y en la vida -que por sí misma es aprendizaje contínuo- necesitamos personas que nos guíen y de las que tomar ejemplo.
En lo que respecta a la danza oriental he tenido muchas profesoras de las cuales guardo buenos recuerdos; sin embargo, nunca había sentido que tenía una maestra, alguien que estuviera allí tanto para corregirme como para apoyarme.

Cuando estudié kathak durante un tiempo, Sharmini fue para mí un ejemplo de perseverancia, trabajo, ternura, amor por la danza y por sus alumnas. Mi gran pena cuando mi tiempo libre no me ha permitido aprender a la vez kathak y danza del vientre fue dejar de hacer clases con Sharmini, pues con ella sentía que aprendía muchísimo, se entregaba al máximo con sus alumnas, y le guardo un gran cariño. Para mí sus clases fueron un gran ejemplo de respeto, porque Sharmini no se limita a enseñar pasos ni coreografías sino que sus enseñanzas van acompañadas de otros aspectos muy importantes que rodean la danza clásica índia, como son aspectos culturales, de entender la música y el significado que las diversas partes del kathak tiene en su India natal. Creo que no exagero si digo que asistir a una clase con ella es como transportarse por un ratito a la India, pues su danza está impregnada de muchas otras pequeñas cosas que la hacen auténtica.

En mi camino en la danza oriental he tenido la fortuna de cruzarme con Munique, quien considero también una gran maestra. Le estoy muy agradecida cada vez que me corrige algo; sé lo que es tener un profesor que no te corrige y aprecio mucho que ella me de la oportunidad de aprender, pues las correcciones según mi punto de vista son eso. Munique también me ha transmitido cariño y apoyo, si no hubiera sido así no me hubiera decidido a bailar mi primera coreografía sola en público como hice en la última fiesta egípcia:) Fue muy emocionante, todo un reto para mí que tomé con muchas ganas e ilusión. En la próxima fiesta estaré de espectadora, pero espero poder volver a participar antes de irme a Australia!

Además, en los módulos de formación de profesoras Munique me transmitió valores y conocimientos que admiro y que realmente espero saber transmitir si algún día soy profesora de danza oriental. Aunque hace unos dos meses que terminaron aquellos fines de semana tan geniales que pasamos todas las asistentes a los módulos, todavía hay situaciones en las que me vienen a la cabeza las palabras y los consejos de Munique; ahora sigo dándome cuenta del gran valor que tienen para mí.

Aquí os dejo con un par de fotos que recuerdan esos intensos fines de semana en la escuela de Munique, en los que Mari Ángeles y yo disfrutamos al máximo, con ella y con todas nuestras compañeras: Montse, Valérie, Paloma, Mel, Silvia... a todas ellas les envió desde aquí un abrazo con los ojos un tanto llorosos, tal y como estaba en mi foto!

1 comentari:

Anònim ha dit...

Hola Georgina,
También soy alumna de Munique y estoy encantada con sus clases.