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28 d’octubre 2007

Mahmoud Reda

Me cuesta escribir sobre él, no por pereza, sino porque se merecería el mejor de los escritos y yo no soy la persona más adecuada para dedicárselo. Pero creo que sería peor si no le dedicara unas palabras al Maestro, el Señor de las danzas egípcias. No hay una figura igualable a él en nuestro pequeño mundo de fantasías, en el mundo de una de las danzas más preciosas que he visto nunca.

Su trabajo y el de los que estuvieron a su lado han hecho posible todo esto ¿Qué más puedo decir? Sin su valor, fuerza, disciplina, creatividad... y tantas otra cualidades, todavía pensaríamos que la danza del vientre no consiste en otra cosa que en mover esta parte del cuerpo.

Mahmoud hizo una gran labor por las danzas de su pueblo al adaptarlas al escenario sin que estas perdieran su significado original; la dio a conocer al mundo sin arrancarles de aquello que las define. Su labor fue, además de tomar pautas del ballet y coreografiar danzas folklóricas, fue realizar un estudio exhaustivo de estas danzas con tal de mantener viva su esencia una vez fuera representadas en contextos distintos del puro modo de expresión de un pueblo.

Por eso, por ejemplo, en el primero de nuestros talleres pudimos aprender una coreografía coquetísima y Mahmoud lo primero que hizo fue contarnos el significado de la letra de la canción y de los gestos que formaban parte de la coreografía. En el segundo de los talleres la coreografía fue de saidi, la danza del Alto Egipto, sin bastón pero con sus saltitos tan típicos. También nos presentó una coreografía de hagalla a partir de sus hazañas para poder presenciar una fiesta en la que se bailara. Hagalla es la danza de los beduinos, a quien no les importó celebrar una boda dos veces para que Mahmoud pudiera asistir y así analizar sus movimientos.

Por último, pude sentir que en el taller del domingo por la tarde Mahmoud se propuso ofrecernos todavía más de lo que nos había estado ofreciendo. No creo que fuera en vano la elección de este estilo en el último de los talleres, creo que Mahmoud la tomó con el sentimiento con el que decide lo que hará en cada taller. Quiso que nos fuéramos a casa con la fortuna de haber aprendido algo de la danza andalusí, por lo menos de saber de su existencia, y así fue como nos lo dijo al terminar el taller.

Quienes estaban en un taller de su nivel -avanzadas y profesionales (algunas más cansaditas que otras como es comprensible)-, aprendieron esta coreografía sin grandes problemas. Yo soy la primera que terminé sentada porque me costó seguir a partir de un cierto punto, pero no me veo con ningún derecho a protestar porque ni soy avanzada ni soy profesional, y aún me alegro de haber podido estar en este taller. Pero sí me pareció ver en algún momento a personas quejándose por el ritmo que llevaba el taller en relación con el nivel de dificultad, y no me pareció justo ni respetuoso con un maestro con tantos años de experiencia, quien creo que es más que consciente de cómo se perciben sus enseñanzas en un grupo u otro de alumnos.

En fin, creo que lo único que vale la pena recordar es la enorme generosidad de Mahmoud y el sentimiento que se te despierta al bailar un estilo que, aunque sea de fantasía, piensas que quizás pudo haber sido bailado de forma parecida en tierras del sur, tiempo atrás. Fue todo un reto, un ritmo de 10 tiempos desconocido para mí y que requiere máxima atención, pero que forma parte de una música preciosa extraída de partituras que sí se mantienen desde aquella época.

En realidad mis palabras sobre él no son ninguna novedad, pero almenos he podido resumir un poquito lo que me transmitió cada uno de sus talleres. Sólo puedo terminar el post agradeciéndole su generosidad y expresando admiración, no sólo de mi parte sino que estoy segura que de parte de tantas y tantas personas que apreciamos esta danza y nos esforzamos por aprenderla (aunque no vaya a leer esto, ni probablemente lo vaya a entender): ¡¡Gracias Mahmoud!!

7 comentaris:

Sònia... no tan fiera... ha dit...

Estos días he probado a hacer algunas de las secuencias que nos enseñó en clase y he comprobado que no todo el mundo aprende al mismo ritmo, evidentemente... Es posible que el said Reda llevará un ritmo rápido, pero ahí es donde ha de estar la inteligencia de cada una y saber adaptarse... cuando yo no podía seguirlo del todo me quedaba atrás y lo hacía en el sitio, para añadirme al grupo cuando me sintiera segura...

Pero exigirle que vaya más lento o pedirle que vaya a menos? Por el amor de dios!! Cualquier cosa que nos enseñe tendría que ser bien recibida y lo que es evidente y muchas personas no acaban de captar, es que lo que aprendes en un taller lo has de aplicar fuera y que hasta mirando se aprende... y lo dice alguien que tuvo que conformarse con mirar un buen rato!

Amina ha dit...

Està molt ben escrit i estic segura que molta gent que no hi ha va anar, després de llegir-te, s'interessan per Mahmoud Reda, ja que has transmès que és molt agradable i un bon mestre. Jo mateixa m'incloc!

Anònim ha dit...

ME ha gustado mucho como has descrito la labor del gran maestro Reda :)

Y realmente, yo tambien he visto que aquello que me colapsaba, lo puedo hacer tranquilamente en casa y con un poco de práctica me saldrá bien ( o eso creo)


Sara

Georgina ha dit...

Sí, això és el que ell es mereix!
I és veritat, als tallers ens saturem totes una miqueta però després quan una està soleta les coses es veuen amb més claredat... d'això es tracta, de que els tallers serveixin a una mateixa per fer el seu propi camí i enriquir-lo poc a poc...
Petonets*

Elisabet Roselló ha dit...

Uauuu, tengo una compañera que también fue a sus talleres, pero no lo apreció tanto. Me gustaría decir que a la próxima voy yo, pero no sé si tendré ocasión, entre lo mayor que es el hombre y las mil rutas que debe tomar. Chica, lo has escrito muy bien, me has dejado con ganas, tanto de conocerlo en muchos aspectos como de ser una alumna suya, y más de experimentar bailes de Egipto ---es que, vaya tela con Egipto.

Eva TB ha dit...

Yo estuve en Madrid para el homenaje que le hcieron al Maestro para su 75 cumpleaños y en una de las clases hizo coreo andalusí, preciosa, todo un alarde de imaginación de como usar el peso del cuerpo, el espacio, ai (suspir), increible, repito, que rabia me dio perdermelo, de buen gusto le cambiaba el puesto a una de esas divas-quejicas, me alegro que hayais tenido la oportunidad de apredenr de este ser tan estupendo .-)

Georgina ha dit...

Vocecita de cristal! creo que no te arrepentirías en absoluto de tomar clases con Reda, tiene tanto que enseñar y se nota que da tanto como puede a sus alumnas. Yo ya tengo ganas de repetir!!!
Eva, qué guay que estuvieras en el homenaje a Reda, sé de qué hablas porque tengo el DVD y de hecho la coreo andalusí que nos enseñó es la q sale en ese DVD, me imagino que hablamos de la misma... con muchos cambios de peso, arabescs, etc. preciosa.
Debió ser una experiencia preciosa porque yo ya me emocionaba viendo el DVD así q imagínate estar allí!